En la lingüística, más precisamente dentro de la gramática, se habla de las propiedades inherentes, la serie de características o propiedades que tiene una unidad gramatical y que no puede ser modificada en función a la creación de una oración, sino que la oración se establece en torno a las mismas. Ejemplo de esto son el género de las palabras (masculino o femenino) y el número (singular o plural). En el ámbito de la química, las quilaridad inherente es la que permite categorizar a las moléculas.
Dentro de un sistema empresarial, se entiende que trabajan en armonía subsistemas, como lo son el material, el ambiente y el capital humano. Cuando entre estos ocurre una falla, se dice que la empresa atraviesa un riesgo inherente, que le impide concretar sus actividades regulares con facilidad. En pocas palabras, el normal proceso de la compañía se ve alterado de forma repentina. De acuerdo a las características del sistema implementado, la solución es distinta, y debe también tomarse en cuenta otros aspectos que lo componen.