Los rascacielos fueron inventados en Chicago, Estados Unidos, siendo considerados de las más importan invenciones, símbolo de la modernidad. Aunque, claramente, estos no pudieron ser desarrollados sin la creación del ascensor, además de pequeños avances a nivel estructural, como el hormigón armado, el vidrio, y la bomba hidráulica, permitiendo aumentar, progresivamente, la altura de los mismos. A finales del siglo XIX, estos se volvieron comunes en zonas con grandes índices de población, como Nueva York, el propio Chicago o Londres. En los dos últimos, a pesar de la creciente popularidad, se encontraron con normas que limitaban la altura de las edificaciones, debido a que se consideran estéticamente desagradables y existían dudas sobre la seguridad de estos frente a incendios.
La ventaja que representan los rascacielos es la de aprovechar los suelos en los que se está estableciendo. Además, puede albergar a una importante cantidad de personas. En la actualidad, cuando los avances tecnológicos y arquitectónicos permiten la creación de rascacielos más complejos, existe una competencia por tener el rascacielos más alto del mundo. En el presente año, 2017, el de mayor altura es el Burj Khalifa, con 828 metros de altura.