Un ejemplo de sentido de pertenencia es el vínculo entre un trabajador y la empresa donde labora, en este caso, el trabajador se sentirá identificado con los valores y objetivos de la empresa de tal manera que estaría dispuesto a defenderlo ante cualquiera.
Otro ejemplo es la relación entre un sujeto y su país. El lugar donde la persona nace, se cría y se educa puede generarle un sentido de pertenencia que lo conduzca a identificarse con sus demás coterráneos y a desearle el bien a su nación.
Las personas como seres sociales, están conscientes que ser parte de un conjunto, los ayuda a elevar su autoestima y a sentirse reconocidos. El sentido de pertenencia a nivel social, se puede presentar de muchas maneras: al sentirse parte de un país, de una creencia política, de una religión, de una familia, etc.
Desde hace mucho tiempo, los países han promovido el sentido de pertenencia entre sus ciudadanos. Para toda nación resulta importante sentirse apoyada y defendida por sus integrantes. Valorar sus costumbres, su religión, etc., hace que todo país se sienta fortalecido. Todo ciudadano debe sentirse orgulloso de la tierra que lo vio nacer, más allá de las dificultades que pueda presentarse, nunca se debe olvidar que ese pedazo de tierra te dio la bienvenida al nacer y que por lo tanto merece que se le ame, se le cuide y se le respete a pesar de todo.
Aquel que no tenga el sentido de pertenencia desarrollado va a sentir que se encuentra en el lugar equivocado, en un lugar donde no quiere estar. La pertenencia otorga seguridad y autoestima, así que quien no posea este valor debe autoevaluarse.