La identidad sexual está vinculada con el género, ya sea femenino o masculino, es decir, los dos géneros más típicos y comunes dentro de una sociedad. La creación de la identidad sexual es un procedimiento complicado que se inicia durante el embarazo, y que representa un elemento de vital importancia durante la gestación. Tradicionalmente las sociedades suelen calificar a cada individuo por la imagen de sus genitales. Ahora bien, si socialmente a una persona se le cataloga una identidad sexual de hembra pero sus genitales son de varón, esta persona comenzara a padecer de una inconformidad con la representación de género que se le asigno.
Una de las diferentes formas de identidad sexual es la Transexualidad, la cual consiste en que un individuo tiene en cuenta que sus genitales externos no coinciden con lo que realmente siente y se identifica, por lo tanto busca la manera de hacerse el cambio de sexo, sometiéndose a una cirugía de transformación y recibiendo tratamiento a base de hormonas.
La identidad sexual es la recopilación de diversos aspectos: Biológicos psicológicos y ambientales, en donde la persona especialmente durante la etapa de la adolescencia es donde comienza a comprenderse, a percibirse desde un punto de vista más amplio, más reflexivo, durante esta etapa es posible que la persona descubra que la manera como era identificado sexualmente no es la manera como se siente realmente, conduciendo al individuo a un estado de angustia y sufrimiento al no sentirse como la mayoría de su género. Es importante que se tenga en cuenta que la identidad sexual de las personas es una cosa totalmente natural y que la sociedad debe impulsar la tolerancia y el respeto hacia todos los individuos, permitiendo que este ser humano pueda mostrarse tal cual es.