La ingeniería genética consiste principalmente en la introducción de un gen en el genoma de un individuo que carece de él o lo tiene defectuoso, para dotarlo de nuevas facultades; es decir, el gen o su región se localiza, extrae, aísla y modifica para después insertarlo.Otras veces el ADN es transferido a un organismo de la misma especie o de otra distinta, dando como resultado un organismo transgénico. Esta técnica es muy común en las plantas y animales. Existe también la técnica de clonar, en otras palabras, hacer un número de copias idénticas del gen de un mismo individuo. En la naturaleza este proceso ocurre en bacterias, levaduras y otros seres vivos.
Para el año 1997 se originó una gran revolución en la biología, con la clonación de un mamífero adulto, a partir de células de su glándula mamaria y no de un embrión y sin participación del macho; naciendo así la “Oveja Dolly” en el Instituto escocés Roslin. Ésta técnica ha mejorado con los años a pesar de las limitaciones de carácter legal, religioso, ético y moral.La ingeniería genética junto con la biotecnología (utilización de microorganismos, cultivos de células, tejidos y órganos para la fabricación de productos biológicos) forma una gran alianza que sirve y servirá siempre de gran ayuda para la humanidad. Asimismo se apoyan de otras ciencias como la microbiología, la bioquímica y la ingeniería química.
Además de la producción de plantas y animales transgénicos, y clonación de animales, ésta tecnología presenta otras aplicaciones como la terapia génica para corregir o sustituir un gen alterado por uno no mutado, determinación de la huella genética del individuo, así como de enfermedades hereditarias o causadas por la alteración de un gen, creación de microorganismos modificados genéticamente para la elaboración de fármacos u otros productos, entre otros.