Las relaciones con un pacto del tipo Intuitu Personae son considerados de alto valor moral, representan una gran responsabilidad y es por esa razón que están enmarcados en leyes y estatutos que los regulan, a fin de evitar que este principio se vea marginado en una estipulación importante. Uno de los contratos mas resaltantes es el matrimonio, la unión de dos personas constituye la creación de un núcleo familiar, el Intuitu Personae que aquí se manifiesta es con el fin de velar por el bien de la pareja, de los bienes y por sobre todas las cosas materiales, los hijos y la descendencia. Un matrimonio es un compromiso que debería durar toda la vida, en el vemos muy a menudo como el Intuitu Personae es respetado o violado.
La importancia de este termino recae sobre el compromiso propio y adquirido, cuando un hombre se compromete no debe faltar a su palabra, de lo contrario incurrirá en penalizaciones de acuerdo al órgano rector que establece sanciones. Bien se comprende que la consideración de la calidad de una persona como elemento fundamental de un convenio, tiene una mayor y más genuina aplicación a aquellos contratos que contienen, por parte del deudor, una obligación de hacer; sin que con ello se quiera ni remotamente decir que todos los contratos con obligación de hacer, deban reputarse como intuito personae, ya que en muchos de ellos lo que interesa es que la cosa se haga, siendo indiferente quién la haga.
Nos habíamos entonces referido a relaciones estrechas, en las que las partes deben ser obligadas, sin embargo, existen contratos colectivos en donde la cantidad de personas involucradas puede ser variable y por lo tanto suplantar o completar con alguien mas el compromiso que se esta ejecutando.