En países como España, a los abarrotes se les denomina “ultramarinos”, puesto que, en la época antigua, en estos recintos se ofrecían productos que venían de otros territorios, es decir, de “ultramar”. En América Latina, por su parte, “abarrotes” viene de “abarrotado”, ya que, después del arribo de los buques cargados de comida, estos negocios quedaban “abarrotados”. Cabe destacar que, especialmente en México, este tipo de establecimientos tienen una gran rentabilidad económica, lo que se demuestra con su proliferación desde la lejana época colonial; estas fueron evolucionando desde entonces, hasta convertirse en típicas tiendas, surtidas con productos de primera necesidad.
Los abarrotes están equipados con máquinas registradoras, además de otras dispuestas para el corte de carnes y embutidos. Entre sus productos destacan los cereales, los alimentos enlatados, además de algunas bebidas azucaradas. Estas tiendas abundan en zonas de clase media baja y clase baja, ofreciendo a su clientela una gran selección de productos. Estas, de igual forma, han sido calificadas por la población como “necesarias”, puesto que suponen una opción rápida a las necesidades del día a día.