Técnicamente, las obras compuestas con un estilo similar al de la abstracción geométrica están dispuestas para que no represente entes u objetos que puedan ser palpables en la realidad. Cabe destacar que, de igual forma, los artistas que defienden esta peculiar expresión, mantienen que buscan hacer de esta algo universal y, sobre todo, objetivo, mediante el uso racional de las distintas formas neutrales y simples; además, sostienen que, las líneas, le confieren a la obra un tono delicado, claro y con fría precisión. Su precursor más importante fue Wassily Kandinsky, un pintor ruso que se movía en Europa exponiendo las virtudes artísticas que traía consigo la abstracción.
Entre sus antecedentes se puede mencionar el suprematismo, un movimiento impulsado por el artista ruso Kasimir Malevich, hacia el año 1915, cuya más resaltante característica era la reducida gama de formas y colores que se emplea para la realización de los cuadros; fue llamada “una de las formas más puras de arte abstracto”. Igualmente, el neoplasticismo, que osa como máximo exponente a Piet Mondrian, resaltaba por descomponer la forma de lo que iban a representar a sólo las siluetas más básicas, con colores primarios; una de las frases más célebres del artista antes mencionado, dicta: “Todo artista verdadero ha sido siempre inconscientemente movido por la belleza de la línea, del color y de las relaciones entre ellos, y no por lo que sean capaces de representar”.