Los pensamientos relacionados con la belleza, el amor, el deseo, etc. Son ideas que no pueden observarse en ninguna parte, sin embargo el ser humano es capaz de interpretarlo mediante el proceso de abstracción.
En el ámbito de las artes la palabra abstracto ha tenido una especial intervención, ya que al hablar del arte abstracto se está refiriendo a un estilo artístico que busca distinguir aspectos como el color, la estructura y la forma, profundizándolos aún más y así poder acentuar su fuerza expresiva y alejarse cada vez más de cualquier imitación de modelos.
Para aquellos autores que apoyan el estilo abstracto, lo más importante no es simbolizar a través de la pintura, los elementos de la naturaleza, tal cual se perciben ante los ojos del hombre, ya que para los amantes del arte abstracto lo más significativo es poder crear un lenguaje visual independiente, que esté lleno de significados propios, es decir que no se encuentre asociado con temas que puedan observarse o tocarse en la realidad.
El arte abstracto se origina como un rechazo hacia el realismo, el cual comenzó a decaer con el surgimiento de la fotografía; definiéndose como una expresión artística objetiva, que representa formas libres, sacadas de la imaginación de quien lo crea. Este estilo artístico se inició durante el año de 1910 y se fortaleció en 1950.
Sin embargo, durante la década de los 80, aparecieron nuevas formas de abstracción en el ámbito de las artes plásticas, como lo fue la abstracción sensible, que promovió el regreso del color y preservó la parte sensible del artista; de igual manera pero con menor intensidad, lo abstracto se mostró en otras áreas artísticas como la música y la escultura.
La escultura abstracta se fundamenta en la tridimensionalidad, sustentada en los recursos clásicos de la escultura. Como los son las formas geométricas y las texturas.