Esa aspereza, acidez, puede materializarse en un producto comestible y luego puede experimentarse a través de los sentidos como el olor y el gusto que son los primeros que nos permitirán determinarlo. Los limones, por ejemplo, son uno de los comestibles que La acritud designa la calidad del acre, ácido. En este sentido, los sinónimos de acritud son acidez, dureza, rudeza, dureza, ironía o nitidez. La acritud puede referirse a la condición amarga, áspera o picante de las cosas, principalmente cuando las apreciamos con un sentido del gusto o del olfato: «No me gusta la acritud de esos ajos».
Mejor se adaptan a la característica de la acritud. También hay otros productos como pimientos y ajo que desencadenan la sensación de amargura debido a la picazón que generan al gusto.
O si falla, cuando el concepto se aplica a una persona querrá indicar la dureza o rudeza que esto presenta en su forma de ser. Es decir, cuando un individuo tiene acritud en su acto como parte característica de su personalidad, le faltará como contrapartida de amabilidad cuando se trata de decir o hacer cosas.
La acritud, de esta manera, puede referirse al carácter de una persona o al tipo de vínculo que establece con otras materias. La noción se refiere a la severidad o la inclemencia. Un maestro que ejerce su trabajo con acritud no tolera la falta de respeto y la indisciplina de sus alumnos. Es por eso que generalmente aplica castigos a aquellos que no se comportan de la manera adecuada o que violan las reglas de conducta.
La acritud es una propiedad mecánica que los metales adquieren como resultado de la deformación en frío, también conocida como proceso de endurecimiento por acrimonia, que aumenta su dureza, fragilidad y resistencia, pero les hace perder, al mismo tiempo, su ductilidad o maleabilidad. De hecho, los materiales con una alta acidez también se llaman ácidos.