El término posee un muy variado número de implementaciones en el lenguaje cotidiano, pero usada con una mayor amplitud y exactitud en el entorno de las ciencias teóricas y aplicadas. La palabra tiene varias aplicaciones contextuales, siempre orientadas a la descripción de una circunstancia de carácter físico químico. En el ambiente científico está adaptada para describir diferentes fenómenos en los que la cualidad física del estado líquido son primordiales, aplicada para describir estados de la materia, e incluso como sustancia en diversos estudios químicos de laboratorio, donde un medio acuoso podría bien actuar como un diluyente de concentración, tanto como un ambiente contenedor para otras sustancias.
Haciendo parte también de este término en el área anatómica descriptiva cumple una usanza determinada, obteniendo una denominación que describe una parte del cuerpo, específicamente del ojo, es aquí donde se habla del humor acuoso, una sustancia líquida que desempeña distintas funciones en el órgano encargado de la visión. Esta estructura ocular llamada humor acuoso está conformada por un noventa y ocho por ciento (98%) de agua. Dentro de sus más destacadas funciones se encuentra el actuar como estructura de sostén para las partes con las que este colinda, cumple un papel importantísimo en el intercambio de oxígeno y nutrientes con las partes oculares avascularizadas como lo son el cristalino y la córnea. Su composición química se basa en proteínas, enzimas, sodio y potasio. Cabe destacar que el aumento de la presión sobre esta estructura es la principal causa del glaucoma.
Siendo un término que posee como sinónimo el agua, o sustancias líquidas, es también aceptado su uso en menesteres como las predicciones climáticas (meteorología) y también en el área ecológica, donde puede usarse para describir ambientes o ecosistemas cuyo desenvolvimiento es el agua, manantiales, ríos, riachuelos, lagos y lagunas, mares y océanos son cuerpos acuosos donde residen centenares de formas de vida.