La afectividad en el ámbito psicológico es un lenguaje menos formal, inclinándose a lo coloquial, teniendo en cuenta que son aquellas muestras de amor que una persona le brinda a otra u otras incluyendo a otras especies como los animales.
De igual manera la filosofía también ha estudiado el comportamiento del ser humano de sus inicios y emociones. La ciencia a través de los años ha hecho grandes aportes con respecto a este tema y ha encontrado que el cerebro juega un papel muy importante es las emociones de las personas y los efectos que puedan causar en ellas.
Es muy difícil pensar en la afectividad en un estado consciente, en otras palabras un individuo no puede decidir de forma mental sobre ella sino que tiene que experimentarla para poderla sentir, además que es imposible tener un control acerca de la misma, ya que va apareciendo de forma espontánea a través de lo largo de la vida sin ningún tipo de control.
Aunque es imposible de controlar, lo que sí se puede manejar es la forma de promover los afectos, siendo las decisiones que se tomen de gran importancia en la vida de cada individuo, generando un sentimiento de bienestar.
La afectividad es muy interactiva, dado que una persona siente afecto por alguien también lo sientes por ella, es decir, que el afecto es siempre una respuesta directa de un estímulo, es muy extraño cuando el afecto se manifiesta por alguien que no siente nada o es indiferente con esa persona.