Existen diferentes clases de amenazas, por ejemplo las llamadas amenazas formales, las cuales no son tan graves ya que se originan del acontecer diario, como es el caso de un padre que amenaza a su hijo con no dejarlo jugar con su videojuego sino saca buenas calificaciones.
Sin embargo existen otras que pueden ser mucho más peligrosas, como es el caso de las amenazas de ataques terroristas, las cuales son realizadas por grupos extremistas que buscan crear un estado de miedo o ansiedad en la población, ante la probabilidad de que se cumpla dicha amenaza.
También está el caso de las amenazas condicionadas las cuales se originan cuando una persona, solicita a otra, realizar algo y si ésta no cumple puede haber una consecuencia. Por ejemplo en los secuestros, el secuestrador puede amenazar con hacerle daño a la persona retenida si sus familiares no cumplen con sus exigencias monetarias o el hecho de que el vecino amenaza a otro con dispararle si no baja el volumen de la música.
Estas amenazas tienen en común el hecho de que son causadas por el hombre. Y según la legislación ciudadana estas acciones son consideradas delitos; ya que para la justicia cuando alguien anticipa la ejecución de un hecho ilícito con el propósito de generar miedo en otro sujeto, afectando su estado de equilibrio psicológico y obligándolo a actuar de cierto modo; está incurriendo en una acción delictiva.
Por otro lado se encuentran las amenazas que surgen por fenómenos naturales, es decir por aquellos elementos del medio ambiente que pueden ser peligrosos para el hombre y que se producen por fuerzas extrañas a él, tal es el caso de los fenómenos atmosféricos (huracanes, incendios, tormentas tropicales, tornados, granizos); hidrológicos (inundación, sequía, tsunamis); geológicos (terremotos, actividades volcánicas).