Los propósitos más usuales de la anticiencia, abarcan la evolución, el calentamiento global y las distintas formas de medicina. Algunos de los métodos anticientíficos aplicados son: el empeño en desprestigiar los resultados científicos, argumentando que sus consecuencias no son del todo buenas. La intención de reemplazar la ciencia avalada por evidencias por las pseudociencias. Etiquetar las ideas científicas como teorías de conspiración. La negación absoluta, ya que si no se puede contradecir algo, lo más fácil es negarlo. Y la última, esconder los eventos observados.
Entre los que se oponen a la ciencia, se encuentran los partidarios del creacionismo, estos a menudo están en conflicto con la ciencia y la suelen atacar, argumentando que ésta contradice a la biblia cuando hace referencia a la edad de la tierra o como se crearon las especies, etc. mientras que la teoría de la evolución, el registro fósil, la teoría de la relatividad y muchos otros campos de la ciencia hacen tambalear los argumentos del creacionismo.
Del mismo modo están los impulsores de la medicina alternativa, que frecuentemente atacan a la aplicación de vacunas y a la medicina terapéutica basada en la evidencia, afirmando que su eficacia solo puede compararse con la del efecto placebo.