Considerado uno de los pasos más importantes de la procreación, se ha practicado desde los principios, además de ser uno de las imposiciones que, según la Biblia, Dios dejó a los primeros hombres y mujeres. Como antes se explicó, el apareamiento no sólo se reduce al acto sexual, también incluye la atracción entre los sujetos, para ello se han desarrollado técnicas que imitan reacciones del cuerpo cuando se experimenta el encanto hacia otra persona o las sensaciones que siente al involucrarse en la relación genital, por ejemplo, los labios se vuelven más rojos y se engrosan un poco cuando se tiene un orgasmo, de allí que se considere el labial rojo uno de los colores más sensuales para lucir en esa zona específica, al igual que el común rubor aplicado en las mejillas, representando el sonrojo que se aprecia la momento de sentirse un poco incómodo lo que da una sensación de inocencia.
También se incluye el proceso de crianza del infante, es decir, su educación, mantenimiento y sustento financiero. Los animales, por su parte, utilizan sistemas de apareamiento similares al de los humanos, sin embargo, en muchos de los casos, los machos se encargar de ganar una batalla, siendo dos participantes la mayor parte del tiempo, en la que le rinden honor a su más atractivo atributo físico; el que resulte ganador tendrá el derecho de aparearse con la hembra.