El individuo que lleva una conducta de apoliticismo, se le denomina apolítico, y entre sus características está la de no preocuparse por los temas políticos, encuentran tediosos y aburridos todos los debates o concentraciones políticas y son incapaces de expresar alguna opinión al respecto. Generalmente, esta actitud era asumida por la juventud adolescente, sin embargo en la actualidad son muchos los jóvenes que cada día se están insertando al campo de la política.
El individuo apolítico toma la decisión por cuenta propia de desligarse de todo lo relacionado con la actividad política que lo rodea. Esto puede influir al momento de celebrar elecciones, ya que si las personas no les interesa la política, tampoco le va a interesar expresar su opinión a través del voto, por lo cual el nivel de abstención aumentara. Por otra parte, se puede decir que el apoliticismo tiene diversas maneras de expresar su indiferencia hacia la política, no siempre el apoliticismo es originado por el desinterés, ni el rencor hacia la política, ni mucho menos se debe considerar a un apolítico como alguien que quiera generar desordenes, más bien, se puede decir que el apolítico asume una postura política ante el sistema político.
En otro sentido, se puede decir que el apoliticismo termina vinculándose con el conformismo hacia el sistema político gobernante, en donde el apolítico no cuestiona absolutamente nada, más bien acepta todo lo que el gobierno aplica, así no estén de acuerdo con ello.