Qué es articulación
La etimología de este término es originaria del latín articulus, pero también deriva de un diminutivo conocido como artus, lo cual hace referencia a un miembro o una coyuntura ósea. Las articulaciones del cuerpo son estructuras anatómicas con la capacidad de servir como una unión entre huesos y cartílagos o, en su defecto, entre dos huesos, un ejemplo de esto son las articulaciones del pie y de la mano.
Estas se encuentran estabilizadas a través de ligamentos, mismos que se encargan de unir cada extremos óseos y permiten movilidad a través de músculos insertados en las proximidades de los huesos.
La artrología es la rama de la anatomía que estudia a las articulaciones y trabaja en conjunto con otras ciencias y ramas de igual importancia en la medicina.
Características de las articulaciones
Estas características tienen que ver con las funciones de las articulaciones del cuerpo, sus partes y distribución, su clasificación será explicada en la siguiente vertiente.
Función
Esta unión funciona originalmente para mantener estables los componentes principales del sistema óseo, es decir, a los cartílagos y los huesos, de esta manera, los movimientos pueden ejecutarse fácilmente.
Por otro lado, se basa en la plasticidad y elasticidad del cuerpo, sin embargo, existen algunas uniones que no tienen la capacidad de facilitar el movimiento, por ejemplo, las que se encuentran en el cráneo, pero siguen teniendo importancia porque se encargan de proteger al encéfalo y promueven su crecimiento en la etapa infantil del humano.
Partes
Una articulación se encuentra formada por diversos elementos:
- Líquido sinovial: este se ubica en cantidades relativamente pequeñas dentro de la cápsula articular, además, se encarga de bañar la superficie de la unión. Su objetivo es mantener lubricado y bien nutrido al cartílago, de esta manera, se disminuye considerablemente cada roce en las superficies de los huesos y promueve un mejor movimiento. Este líquido se produce en la membrana sinovial y posee muchísimo ácido hialurónico.
- Membrana sinovial: es la encargada de tapizar el interior de la articulación, está conformada por algunas vellosidades y pliegues, esto hace que su superficie sea relativamente grande. Estas membrana tiene variedades de células, entre ellas, algunas que se parecen a los macrófados, los sinovocitos tipo A, sinovocitos tipo B, mucina y el líquido sinovial.
- Cavidad articular: se encuentra en el espacio interpuesto entre las articulaciones de los huesos, tiene mucho líquido sinovial y está rodeado por su membrana.
- Cartílago articular: este tiene una importancia muy alta tanto en la unión del hombro como en la rodilla, esto se debe a que este cartílago tiene una composición derivada del cartílago hialino, el cual funciona cubriendo los huesos en su superficie, de hecho es su protección máxima porque tiene un espesor de entre 2 y 4 milímetros. Además, se encarga de amortiguar y distribuir las cargas pesadas y brindar superficie a las uniones para que puedan deslizarse correctamente. No posee vasos sanguíneos, al menos no propios, así que las sustancias que la nutren lo hacen gracias al líquido sinovial.
Por otro lado, posee una enorme capacidad para regenerarse en caso de sufrir desgastes o lesiones que tengan que ver con una sobrecarga. Se compone por células condrocitas que se encuentra rodeadas de matriz extracelular, misma que se compone por 67 y 80% de agua, 10 o 20% de colágeno y entre 10 y 15% de proteoglicanos, todo esto hace que exista mucha resistencia, además, los condrocitos se encargan de crear componentes de tipo estructural para el cartílago.
- Cápsula articular: se trata de una estructura conformada por puro tejido conectivo de material denso, mismo que se encarga de rodear la unión, le brinda firmeza, estabilidad y flexibilidad, de manera que este pueda unirse correctamente a todos los extremos del hueso. Su interior está dotado con líquido sinovial.
- Hueso subcondral: no es más que el hueso ubicado alrededor del cartílago articular.
Tipos de articulaciones
Para poder estudiar estas uniones, fue necesario clasificarlas en dos vertientes, su función y su estructura.
Según su estructura
Esta es la parte morfológica de la unión, la cual posee diferentes articulaciones divididas según su tejido.
- Fibrosas: se trata de la unión de los extremos óseos, los cuales no cuentan con demasiada movilidad, por ejemplo, los huesos del cráneo. Uno de los tipos más comunes de las uniones fibrosas son las sindesmosis, las cuales unen dos huesos a través de láminas de tejido fibroso, tal como sucede en el antebrazo, donde se unen el radio con el cúbito. Esto también tiende a suceder en algunas piezas dentales y se conoce como sindesmosis dentoalveolar, la cual se radica en la raíz del diente y el apófisis alveolar que se ubica en la mandíbula.
- Cartilaginosas: se trata de un tejido que une los extremos óseos pero no poseen una cavidad articular propia, por lo que el movimiento que se genera es realmente pequeño, un ejemplo sencillo para esto puede ser el disco intervertebral, mismo que se conforma por tejidos fibrocartilaginosos cuya función originaria es unir los cuerpos vertebrales y la columna vertebral entre sí, dejando como resultado una estructura resistente y con la capacidad de absorber fuerzas, con flexibilidad y movilidad.
- Sinoviales: es aquel que le brinda al cuerpo una gran movilidad, además, representa la mayoría de las uniones en las extremidades, tiene una división de 6 vertientes, estas son las uniones en bisagra, en gínglimo, pivote o trochus, planas, deslizantes o artrodias, silla de montar o de encaje recíproco, condoloideas y las esféricas.
Según su función
Es la parte fisiológica de la unión, donde se explica que la anatomía humana posee varios tipos de uniones inmóviles o con límites de movimiento, por ejemplo, la columna vertebral, los huesos del cráneo, etc. Estos tipos son los siguientes.
- Sinartrosis: son uniones que no poseen movimientos, si tienen tejido con relación directa y contínua y no necesitan medir las cavidades articulares. Estas uniones no son tan complejas como el resto, pero sí son las que más dificultades de movimiento poseen.
- Anfiartrosis: se trata de las uniones del esqueleto anatómico de los seres vivos vertebrados. Es conocido por no tener ni membrana sinovial ni cavidades articulares, además, los extremos óseos se unen entre sí gracias al tejido fibrocartilaginoso, poseen poca movilidad pero no tan mínima como en la vertiente anterior.
- Diartrosis: conocidas por formar parte de las uniones sinoviales, se diferencian de las vertientes anteriores porque estas sí cuentan con cavidades articulares, cápsula articular, ligamentos, líquido sinovial y un cartílago en la superficie de la unión, esto hace que tengan muy buen movimiento.
Enfermedades de las articulaciones
Aunque existen muchas patologías en el mundo, una de las más peligrosas es la enfermedad degenerativa de las articulaciones, la cual avanza conforme las personas van envejeciendo, pero también están otras enfermedades que afectan a las articulaciones, estas son:
- Artritis: inflamación en las articulaciones generadas por diversas causas, primordialmente la edad, pero también puede ser hereditario. De esta patología nacen otras, entre ellas, la artritis reumatoide, gotosa, séptica, psoriásica, artritis de lupus, idiopática juvenil y la espondilitis anquilopoyética. Acá se presenta un dolor en las articulaciones de las rodillas, coyunturas, caderas, etc.
- Artrosis: es aquella que genera daños en las uniones, específicamente deterioros en el cartílago articular junto con alteraciones en el hueso subcondral y en la membrana sinovial. En esta enfermedad se presenta dolor en las articulaciones de las manos, rodillas, columna vertebral y caderas.
Cuidados de las articulaciones
Existen muchos medicamentos para las articulaciones, mismos que deben ser recetados por su médico de cabecera, pero además de ellos, es necesario llevar una vida lo más sana posible ¿Cómo se logra esto? evitando tener sobrepeso, esto es necesario porque si hay kilos de más, afectan a las uniones por exceso en sus funciones, para ellos se necesita consumir alimentos balanceados y emplear dietas con pocas calorías.
Es importante consumir frutas, verduras, leche y aceite de oliva, además, no es para nada recomendable tomar alcohol, consumir tabaco, grasas y embutidos.
También es necesario hacer ejercicio moderado, de esa manera no solo se pierde peso, sino que también se gana un poco de músculo para fortalecer al cuerpo y ayudar a que los huesos puedan sostener toda la anatomía humana y reducir las cargas a las articulaciones.