Una figura que produce una belleza especial para un texto es la asonancia. A través de esta figura, el autor de un texto puede generar un efecto de sonido al mensaje a través de la repetición de sonidos que causan un efecto musical a partir de la repetición de vocales en una frase.
Este recurso que puede usarse de manera especial en la prosa poética trae una armonía al texto. Este tipo de recurso muestra que no solo lo que dice un autor es importante, sino también la forma en que lo expresa. Mediante el uso de este recurso, el autor quiere dar una forma poéticamente hermosa a sus palabras
Las asonancias adquieren significado en el campo literario, mientras que en una conversación coloquial, la búsqueda de este recurso puede ser cursi. Estos recursos de estilo hacen que las palabras expresen algo en sí mismas más allá del significado correcto de la palabra.
Asonancia es un recurso también utilizado en la composición de letras de canciones en español cuando las melodías adquieren una musicalidad que se recuerda fácilmente gracias a frases que terminan en palabras que riman en asonancia. En la poesía actual, el uso de asonancias es raro en la poesía ya que la proximidad en el texto de palabras que tienen un sonido similar puede producir cierta fatiga. Es decir, la asonancia en sí misma y en el contexto apropiado, bien utilizada, es muy hermosa. Pero cuando este recurso estilístico es excesivamente abusado, entonces es posible producir una cierta fatiga en el lector. En caso de hacerlo, el lector está más atento a la rima misma que al significado del mensaje poético.
En cuyo caso, buscamos la posibilidad de reemplazar una de estas palabras con otra que suene de manera diferente a través de la construcción de versos de rima libre. Los gustos poéticos también están marcados por la subjetividad del lector. Hay poetas que al escribir una poesía se ocupan especialmente de que el texto no contenga asonancias y las corrija.