Se sabe que a partir de que los primeros seres humanos miraron hacia el cielo, su primera idea de las estrellas fue que eran como hogueras distantes; lo que quiere decir que el ser humano se ha preguntado a lo largo de su vida si estamos solos en el Universo. Los antiguos griegos argumentaron en contra de nuestro planeta, decretando que es el único soporte de por vida, pero carecían de la tecnología para demostrar sus creencias. Más tarde en el siglo XX, los descubrimientos casi simultáneos de los posibles restos de vida bacteriana en un meteorito marciano, y los primeros planetas que orbitan otras estrellas, emanaron las preguntas de la existencia de vida más allá de la Tierra a la vanguardia de la labor científica. En el siglo XXI, el nuevo campo de la Astrobiología se aprovecha la capacidad tecnológica y científica necesaria para abordar seriamente estas preguntas antiguas.
Los astrobiólogos pueden trabajar por si solos en determinadas cuestiones científicas, pero existen diversas ocasiones que los mismos trabajan juntos para analizar cuestiones complejas, preguntas que abarcan temas como: ¿Qué tipo de ambiente es necesario para la vida para sobrevivir?, ¿Cómo evoluciona la vida?, ¿Existe o ha existido vida en nuestro sistema solar en otro lugar?, ¿Cuál es el futuro de la humanidad en la Tierra y más allá?, ¿Cómo se originó la vida?, entre otras.