De igual forma, es el nombre de una antigua fábrica de autos de propulsión eléctrica española.
En el campo financiero, la economía autosuficiente depende, en gran medida, de la autoabastecimiento, aquél estado en el que la adquisición de bienes está en las manos del propio individuo; por esta razón, a menudo se deduce que esta postura brinda a la persona una importante autonomía e independencia.
Sin embargo, cuando se habla de un sistema económico nacional, durante períodos históricos de guerras, políticas de comercio restrictivo deciden cerrar las puertas a la importación; por lo que la presencia de autarquía reduce a la población a consumir sólo los productos que es capaz de producir (implementa el autoconsumo). Ese sistema, cabe destacar, se extendió también hasta el derecho y la política. Actualmente, la economía está determinada por la globalización, contraria al sistema ya mencionado.
El autarquismo, por su parte, vela por el “gobierno de uno mismo”. De forma, clásica, este se distingue del anarquismo, cuya economía estaba plagada de intervenciones que violaban la libertad individual de cada uno de los ciudadanos. Diversos autores y políticos, a través de los años, se han mostrado a favor de estas ideas. Por su parte, la fábrica Vehículos Eléctricos Autarquía S.A, fue establecida al finalizar la guerra civil española, mientras el país estaba en una grave situación económica; estuvo divida en 3500 acciones y pronto, hacia el año 1950, con la partida de su principal accionista, Guillermo Menéndez, la producción disminuiría casi por completo y, en el año 1955, la sociedad que integraba la compañía terminó por disolverse.