Cuando una persona cuida lo que va a decir o hacer es porque está autocontrolandose; se trata de que un sujeto sea cauteloso en todo momento para que de este modo no se desencadenen reacciones que pueden ser negativas para sí mismo o para los demás, es entonces cuando toma sentido el autocontrol que podría definirse como una cualidad, virtud o capacidad que tienen los seres humanos de regular sus impulsos, y no es porque alguien más se los haya pedido o exigido, sino que viene dado voluntariamente, lo que significa que la persona es consciente de lo que está haciendo y decide por sí solo actuar de ese modo.
El fin inmediato de que un sujeto modere sus acciones está vinculado directamente con las relaciones que puede tener con el resto de la sociedad, para que las mismas sean armoniosas, y es por el hecho de que si una persona actúa de forma equivocada frente a otra, ésta siempre juzgará y evaluará negativamente ese comportamiento. Además de perseguir un beneficio propio, porque una persona con autocontrol puede ser capaz de medir no solo su comportamiento sino también sus sentimientos.
Normalmente el autocontrol se basa en ejercidos y técnicas de relajación y meditación que ayudan a sobrellevar cualquier situación tensa en la que generalmente se actuaría impulsivamente, en la mayoría de los casos estos modos de reaccionar no premeditados y planeados, simplemente nacen por ser una característica de nuestros instintos naturales.
Hay que tener en cuenta que debe establecerse un equilibrio en la personalidad de cada quien, pues llegar a cualquier extremo es perjudicial para todos, es decir, así como es inadecuado reaccionar por impulsos, no siempre es del todo bueno ser autocontrolador porque los demás lo perciben como una persona fría y calculadora, debido a que reprime la creatividad y espontaneidad.
