Y por otro lado, también se designa con la palabra caligrafía al conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona. Por ejemplo, el extremadamente redondeado o el punto del i en la forma de un gran círculo son algunas de las características que pueden distinguir la manera de escribir de alguien y permitir reconocer incluso entre muchas caligrafías.
Según los estudiosos del tema los orígenes de la caligrafía podemos encontrar en miles de años atrás, aproximadamente en el año dos mil seiscientos antes de Cristo y en China, cultura que históricamente siempre ha dado un gran valor a todo lo que tiene que hacer con la escritura y la caligrafía. Incluso tal fascinación se puede ver en gran parte de la belleza visual presentada por los ideogramas que constituyen una buena parte de la escritura de esta comunidad.
Aunque en el Oriente la caligrafía sigue manteniendo su fuerte huella, tras la invención de la prensa en manos de Gutenberg, la caligrafía perdió mucho terreno e importancia, ganando esa tipografía espacial. Por no mencionar el lugar que más tarde se llevó, primero la pluma y luego las máquinas de escribir y las computadoras, que hicieron la caligrafía cada vez menos recurrente en nuestra vida cotidiana.
De todos modos, no todo se pierde y para algunos la caligrafía sigue siendo un arte y seguir haciendo esfuerzos para mantenerla viva y presente hoy aunque «otros» hayan copiado la parada. Usted puede seguir contemplando la caligrafía en nuestro entorno a través de los logotipos de algunas empresas, en las etiquetas de muchos productos, entre otros.
Entre los tipos más comunes de la caligrafía son: la caligrafía compuesta de caracteres árabes, caligrafía china, caligrafía occidental y caligrafía japonesa o shodo.
