Como todo acto psicológico, el capricho es una acción de la voluntad imperfecta y el cual es producto de la presencia de un trastorno, característico de personas débiles de carácter y de voluntad.
Ser caprichoso es una conducta muy común entre los niños. Cuántas veces no se han visto niños llorar y patalear porque sus padres no acceden a cumplir sus deseos caprichosos: “mami cómprame una muñeca”, “papi no quiero ir al colegio”, son algunos de los caprichos que por lo general los niños suelen tener. Este comportamiento si no es corregido a tiempo, es probable que se mantenga internamente en el niño hasta la etapa adulta.
El capricho es visto como un comportamiento negativo, como un defecto del individuo, el cual debe tratar de corregir, si no quiere tener en un futuro graves problemas sociales. Es fundamental que la persona reconozca que mantiene una conducta errónea y se aboque a buscar ayuda especializada a fin de mejorar su forma de ser.
Es importante mencionar, los caprichos que surgen en las mujeres cuando están embarazadas. En este caso se les conoce como “antojos” y en donde la futura mamá puede sentir de manera repentina el deseo incontrolable de comer algo específico y por supuesto, hace todo lo posible porque su deseo sea cumplido.