Existen algunas afecciones que pueden originar la práctica de una circuncisión, entre ellas están: la fimosis, la cual consiste en la estrechez de la abertura prepucial, que impide la retracción del prepucio detrás del glande. La circuncisión para tratar la fimosis es común que se realice a partir de los tres años de edad, ya que mayormente la estrechez del prepucio antes de esa edad puede cambiar. Luego de los tres años, los mismos niños pueden, a través de su higiene diaria y más tarde con la masturbación, corregir la mayoría de las presuntas fimosis.
La circuncisión se torna necesaria cuando la fimosis origina molestias, infecciones, o dolores; también puede ocurrir si el frenillo del pene es muy corto y genera dolor o sangramiento al momento de la erección.
La parafimosis también es motivo para la práctica de una circuncisión, esta afección ocurre cuando el prepucio retraído de forma forzada, no puede volverse a estirar sobre el glande, quedando detrás de él. Esta intervención quirúrgica es hecha de forma ambulatoria, en los niños se le aplica anestesia general o local (dependiendo del caso), y en los adultos, anestesia local. El tiempo de duración de la operación es entre 15 0 30 minutos.
En algunas culturas, la circuncisión forma parte de un ritual de iniciación, en donde los varones son circuncidados poco tiempo después del nacimiento. Esta ceremonia es efectuada en países como África, Nueva Guinea, Australia.
Los musulmanes y los judíos practican la circuncisión casi de manera obligatoria, ya que para ellos este acto simboliza la alianza entre Abraham y Dios. En cuanto al cristianismo, esta mantiene una postura neutral ante la práctica de la circuncisión, ya que no obligan a sus fieles a realizarla pero, tampoco lo prohíbe.