Las ciudades satélites, asimismo, son aquellas comunidades que resultan similares a las ciudades principales, pero que ofrece una calidad de servicios no tan especializados a su población, es decir, tiene una cierta cantidad de independencia, dando la posibilidad de adquirir bienes y servicios básicos, aunque, de igual forma, las personas que allí residen, deben dirigirse a las …
Es un instinto primitivo del ser humano el relacionarse con otros; es una cualidad que se heredó de los lejanos ancestros, que cazaban y compartían en grupos grandes. Con el establecimiento de comunidades, las oportunidades crecieron, por lo que el desarrollo tecnológico vino con mucha más rapidez. Así, estas zonas que resultaban más adelantadas que otras y que servían como un centro económico estable, empezaron a llamarse “ciudades”. Poco a poco, estas se convertían en lugares más y más importantes, por lo que gran parte de la población se sentía atraída hacia ellas, terminando por establecerse allí. En nuestros días, las ciudades se caracterizan por el ajetreo y estrés de sus habitantes.
Las ciudades satélites, asimismo, son aquellas comunidades que resultan similares a las ciudades principales, pero que ofrece una calidad de servicios no tan especializados a su población, es decir, tiene una cierta cantidad de independencia, dando la posibilidad de adquirir bienes y servicios básicos, aunque, de igual forma, las personas que allí residen, deben dirigirse a las ciudades más grandes para obtener una gama mucho más amplia, en relación a este aspecto. Cuando éstas sólo cumplen el objetivo de fungir como centros de residencia, pueden llamarse “ciudades dormitorio”.
Su nombre corresponde a la teoría desarrollada en la década del 30, por el geógrafo alemán Walter Cristaller, en la que se explica que, según la zona geográfica que ocupa determinado núcleo de población, sus funciones e importancia pueden ser determinadas. Esto fue relacionado con la ley de gravitación universal, que se encarga de especificar y explicar la ubicación de los planetas y satélites, naciendo así “ciudad satélite”.