La compasión puede ser involuntaria, puede venir dada por la moral y las buenas costumbres de la persona. La compasión y la humildad son dos sentimientos que por lo general son adoptados por la persona en la educación familiar que recibe de niños, ya que los padres siempre se muestran compasivos con los pequeños por ser siempre indefensos y desprotegidos de los agentes externos que hay en el entorno social. Este fenómeno se aprecia claramente en el amor que muestra una madre por sus hijos, por lo que podemos deducir que fácilmente ese tipo de sentimientos son transferidos de la madre al hijo.
Histórica y culturalmente, las manifestaciones de bondad y compasión son demostradas en masas por las instituciones religiosas y de beneficencia. Siempre hay un ente público que se encarga de mostrar los lados más amables de las dependencias realizando obras de caridad y benevolencia. Niños desamparados, familias hambrientas y sin un techo, son los que necesitan más compasión de la colectividad que requieren en el mundo.