Freud utilizó esta obra para explicar una de las primeras etapas del desarrollo psicosexual de los niños, el cual se presenta entre los tres y los cinco años de edad, en la cual se produce una modificación en la conducta del mismo, de una forma tal que idealiza a la madre, aflorando hacia ella un sentimiento de amor, provocando que presente una actitud acaparadora con ella, en una especie de competición con cualquier otro varón que le quite su atención y rivalice con el cariño de ella, por lo general el padre es quien se convierte en objeto de sentimientos de odio y alejamiento.
En los tiempos en los que vivió Sigmund Freud existía una fuerte represión de los deseos sexuales. Razón por la cual el psicoanalista austriaco comprendió, que había una relación entre la neurosis y la represión de los deseos sexuales. Por esa razón, era posible entender la naturaleza y la variedad de la enfermedad al tener conocimiento de la historia sexual del paciente. Freud mantenía la creencia de que los niños nacen con un deseo sexual el cual es necesario que satisfagan, y que existen una serie de etapas, en las que el niño busca el placer a través de diferentes objetos. Dicha idea fue lo que le llevó a la parte más polémica respecto a su teoría: que no es otra cosa que la teoría del desarrollo psicosexual.
Freud dividió el desarrollo psicosexual del infante en varias etapas, y el Complejo de Edipo se presenta durante la Etapa fálica, siendo esta el momento de mayor importancia para el desarrollo de la identidad sexual del niño. Esta etapa se presenta luego de los tres años y se extiende hasta los seis años. En dicha fase los genitales son el objeto de placer, y por lo tanto hace aparición el interés por las diferencias sexuales y los genitales, es por ello que tiene especial importancia la no represión de este deseo y el correcto manejo de este estado, ya que dicha conducta podría obstruir la capacidad de investigación, conocimiento y aprendizaje del niño en todos los aspectos.