El acto de consagrar, sencillamente es el ofrecimiento del cuerpo y el alma de sí mismo a Dios como única deidad, aceptando su salvación y ofreciendo el servicio como fiel devoto. Algunas versiones traducen la palabra consagrar con algún pasaje del Antiguo Testamento donde reza, que su significado directo es recibir el servicio del santo o el Espíritu Santo y ofrecerse al ministerio de Dios. Para los fieles y creyentes, dicho acto es un honor y no un sacrificio como algunos lo ven ya que perciben así, la gloria de Dios en plenitud.
La palabra consagrar, tambièn expresa tanto consagrarse como la acción de consagrar, en el caso de Dios, es tomar completa posesión, invadir y penetrar con la santidad, renovar interiormente y unir directamente a ese alguien con su hijo Jesucristo. Es importante recordar que la consagración es en sentido teológico, es una relación estrictamente personal entre el Dios y el creyente lo que significa que es solo aplicable a persona que la ejerza con total libertad y autonomía. Según los creyentes una vez terminado este ritual simbólico, la persona se relaciona directamente y de forma inmediata con su Dios sin intermediarios ni terceros.
¿Por Qué consagrarse? es una pregunta muy frecuente, según los cristianos dicho rito es parte de liberación terrenal que simboliza una muerte mundana, dejando el ser todas sus posesiones terrenales y creencias antiguas. Según la palabra de muchos fieles la consagración no es obligatoria como piensan algunos, sino un llamado de Dios el cual no todos tiene la beneficio de recibir, sin haber buscado la salvación con anterioridad.