En el lenguaje coloquial, la coyuntura está ligada a aquellos elementos extrínsecos que afectan la realidad de algo o de alguien. Un millonario, debido a la situación de seguridad de su país, se ve obligado a movilizarse con los guardaespaldas y construir grandes muros con barras electrificadas alrededor de su casa para proteger a su familia. El hombre no se siente cómodo con estas decisiones, pero el contexto lo obliga a actuar de esa manera.
La coyuntura está formada por elementos sociales, políticos, económicos e incluso geográficos, climáticos y meteorológicos, locales e internacionales, pero siempre es una situación de corto plazo, que no es suficiente para establecer un ciclo económico. Por eso se dice que una situación es coyuntural cuando es transitoria en el curso del proceso económico.
Los responsables de tomar decisiones de política económica siempre han estado atentos a la situación. Los gobiernos han creado agencias dedicadas al estudio de la coyuntura, comenzando con la constitución en 1920 de la Oficina Nacional de Investigación Económica en Nueva York, dirigida por el economista estadounidense Wesley Clair Mitchell (1874-1948), profesor de la Universidad de Columbia. La Unión Soviética instituyó un servicio de investigación similar en el mismo año.
Los sectores empresariales privados de los Estados Unidos fueron los primeros en investigar los ciclos económicos, es decir, la coyuntura en el sector privado de la economía, que es para ellos una variable decisiva en la formulación de sus metas de producción, ventas, exportaciones y Utilidades
Bajo esta inspiración, los modelos de planificación estratégica pública también se inclinaron a estudiar la coyuntura, es decir, la sucesión de episodios afortunados o desafortunados en el proceso económico nacional e internacional, para identificar oportunidades y amenazas a corto plazo.
El profesor Mitchell, inclinado hacia el conductismo, argumentó que los fenómenos de la economía pertenecen al mundo de la conducta humana y por lo tanto son el resultado de las acciones y reacciones mutuas entre los agentes económicos. En los fenómenos de la economía, los instintos del pueblo y las circunstancias del entorno externo en el que operan se ven afectados. Para estudiar estos fenómenos, el conductismo aplica métodos de carácter objetivo, experimental y comparativo, tomándolos de la química y la psicología. Pero la importancia de este pensamiento económico radica en el valor que atribuye a la conducta humana en el proceso de la economía. Parece lógico pensar que no todo está resuelto en figuras económicas y econométricas y fórmulas y que el ser humano con sus temores, prejuicios, ignorancias, ambiciones, vanidades, es decir con «su comportamiento». Tiene una influencia decisiva en el curso de los acontecimientos económicos.