El neurocráneo, externamente, es una cavidad compuesta por:
1. la calota o bóveda craneal, en la región superior, formada por huesos que cubren, planos, que son el frontal, el occipital y los dos huesos parietales;
2. la región temporal, delimitada por los dos huesos temporales.
3. la base craneal, constituida en su parte anterior por el esfenoides (frente a la cual se encuentra el etmoides) y en la parte media y posterior encontramos el hueso occipital. Internamente, el neurocráneo reconoce dos zonas: la bóveda y la base.
El esplacnocráneo presenta hoyos: el bucal, el nasal y el orbital. Los huesos de la cara son el paladar, el malar, el cornete inferior, el unguis y el nasal (todos en número par) más uno impar, que es la mandíbula inferior. Estos huesos se encuentran en el frente y debajo de los arcos cigomáticos y frontales.
La bóveda craneal consta de un total de 8 huesos que tienen la función de alojar la parte superior del sistema nervioso central, también conocido como el cerebro, que está formado por el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico. Estos huesos tienen una serie de agujeros y muescas que permiten la salida del cráneo de los nervios que se originan en esta parte del sistema nervioso, hay doce en total y emergen bilateralmente, por lo que se llaman nervios craneales. Asimismo, estos conductos permiten la entrada de las arterias al cráneo, como es el caso de la arteria carótida interna y las arterias vertebrales, así como la salida de las venas, como la vena yugular y las venas vertebro-basilares.
Un trauma del cráneo, de hecho, es causado por un fuerte golpe en la región craneal que causa problemas neurológicos. Es una lesión física que genera hemorragias o hematomas en ciertas regiones del tallo cerebral, el cerebelo o el cerebro.
La pérdida de la conciencia o la memoria, los problemas de equilibrio, las dificultades del habla y la disminución de la capacidad visual son algunos de los síntomas de una lesión en el cráneo.
Para evitar estos trastornos, es importante proteger el cráneo con un casco cuando se realizan ciertas actividades de riesgo (como trabajar en un sitio de construcción, donde es posible que las rocas o los escombros le golpeen en la cabeza).