Cabe recalcar que el cuerpo etérico se encuentra siempre dentro del cuerpo físico, el éter es ese estado intermedio en materia y energía pura de la que todos estamos dotados. Cada información genética y contacto con los demás cuerpos pase directamente por el etérico funcionando como un red intrincada de luz, de manera inversa los cuerpos más sutiles pueden llegar a manifestarse a través del cuerpo físico pasando a través del cuerpo energético, de ahí proviene la sensación de auras externas y estado de ánimo ajenos.
Una de las funciones del éter (algunos lo llaman alma) es transferir vida al cuerpo físico, es por ello que en otras disciplinas o creencias se le llama cuerpo vital. Con el paso de los años, la cantidad de información se acumula en nuestro cuerpo hasta crear centros energéticos que almacena dicha información, estos son los conocidos chakras. Ese cuerpo etérico es una biografía detallada de la procedencia de vidas anteriores, acumulación de pensamientos negativos que pueden llegar a bloquear ese sistema que trabaja de manera regular y contaminar el libre funcionamiento del éter. Los chakras ubicados en la columna vertebral son el camino que hace circular los cuerpos etéricos, pongamos un ejemplo: los chakras son el yang, masculinos y los cuerpos sutiles o etéricos son el yin, femeninos, al estar en discordia generan destellos resplandecientes que desproporcionan la energía que necesitan los cuerpos físicos para poderse recuperar.
Muchas veces estos cuerpos, son confundidos con campos electromagnéticos y se asocia erróneamente con el aura, siendo los dos, cosas completamente diferentes. Sin embargo están unidos y sirven como enlace para los demás cuerpos. El cuerpo etérico es el responsable de las fuerzas modeladoras y las sensaciones físicas. En cada reencarnación del hombre dicho cuerpo se disuelve y renace días después de la muerte física.