Aquellas zonas que se encuentran inclinadas, a las que normalmente se les hace referencia como precipicios, son desniveles encontrados en la superficie de un terreno cualquiera. Generalmente, estas son formadas por la erosión o desgaste, producto de la presencia de un cuerpo de agua con corrientes fuertes en los alrededores; de igual forma, su origen puede hallarse en movimientos de las placas tectónicas o simplemente por hallarse en fosas tectónicas, también conocidas como depresiones de terreno. El tamaño de estos puede variar, en dependencia de cómo ocurrió su nacimiento, y las condiciones generales en las que se encuentra el suelo.
El declive visto como decadencia, por su parte, es una acepción aplicable a específicas épocas de la historia, además de ser un calificativo para aquellos objetos o personas que empiezan a “tocar fondo”. A nivel empresarial, los expertos de marketing gustan llamar a la pérdida de popularidad por parte de un producto o marca, como la fase de decadencia que bien puede significar el final de una compañía o el inicio de una importante renovación. Esto ocurre por el cambio de las exigencias propuestas por los consumidores, además de la aparición de potenciales clientes, que se mueven de acuerdo a las convenciones impuestas.