El primer uso de la dedicatoria responde a una realidad material, donde el ejemplar de la obra realizada se dona o se vende efectivamente; mientras que para el otro uso hace referencia a una realidad ideal de la obra misma, donde la posesión no logra ser más que simbólica.
La dedicatoria se emplea en diferentes situaciones de la vida cotidiana, ya que en un contexto global cualquier cosa puede ser dedicada. Muchas personas escuchan alguna canción y por el simbolismo que puede tener la misma, por la letra que la compone, la cual representa alguna vivencia, la persona dedica la pieza musical a otra, como sinónimo de homenaje, de ofrecimiento, de testimonio o agradecimiento.
En cuanto a lo emblemático y significativo que es el alcance de un logro o el cumplimiento de algún objetivo planteado, las personas tienden a hacer dedicatorias a otras personas o grupos de personas, para resaltar la importancia de los homenajeados en el camino que tuvo que recorrer para alcanzar la meta.
En la poesía y lo que se conoce como género epistolar, la dedicatoria muchas veces se convierte en el título de la obra. De tal forma, los impresos la ubican al principio manuscrita o realizada en letras de molde.
En el arte, el autor de una obra realiza una carta o nota la cual encabeza su obra, en la cual la dirige u ofrece a una persona o grupo de ellas, a manera de prosa o manuscrita. Esto se conoce como dedicatoria.
Finalmente, en la metodología de la investigación desde hace muchos años se ha convertido en tradición que además de una portada, un resumen, introducción y el índice, haga parte de ese compendio de elementos que introducen a la investigación previamente realizada la dedicatoria, donde el investigador agradece y homenajea a aquellas personas, instituciones y organizaciones que sirvieron de colaboradores para el mismo.