En el reino animal, es común que a la descendencia se le denomine cría, mientras que para los humanos se emplean una serie de términos diferentes, como bebe, infante o, cuando tienen una edad algo avanzada, niño. A partir de estos vínculos, se han creado una serie de normas para una buena filiación en los diferentes grupos sociales.
Desde tiempos inmemoriales, para los seres humanos, la reproducción ha sido uno de los aspectos más importantes de la vida, no sólo por darle continuidad a la especie, sino por el significado cultural y religioso que se le otorgó. Por lo general, los vínculos que se crean con los hijos suelen ser de los más referenciados, debido a que se tratan de los más respetados y duraderos, cuando estos se dan en ambientes sanos. Estas conexiones no sólo se limitan al aspecto emocional, sino que pueden, también, entrar en juego cuando se tratan asuntos legales como herencias y disputas por patrimonios, por lo cuantiosos beneficios a los que optan la descendencia.
A partir de la descendencia, se pueden formar grupos familiares extensos como los clanes, aquél grupo de personas que comparten un antepasado común. De igual forma, existen algunos grupos familiares que se encargan de mantener el legado de algún ancestro.