El síndrome de descompresión se caracteriza por la aparición de burbujitas de poco tamaño e inflamación de la piel. Sin embargo uno de los síntomas más seguros y evidentes es el surgimiento de un dolor intenso que afecta varias partes del cuerpo. De igual manera, ciertas partes del cuerpo pueden padecer de parálisis transitoria, que en algunos casos puede ser permanente y puede ocasionar hasta la muerte.
El síndrome de descompresión, también se le conoce como “mal de presión” o la “enfermedad de los buzos”. Los buzos son personas cuyo trabajo es sumergirse en el fondo de un mar o lago para un fin determinado.
Como es sabido, el aire se encuentra compuesto básicamente de nitrógeno y oxígeno, que al verse expuesto a una presión alta, este se comprime, por lo que cada inhalación que se realice en las profundidades, va a contener muchas más moléculas que una inhalación en la superficie; es por esto que el organismo va a absorber un excedente de moléculas tanto de oxígeno, como de nitrógeno. Sin embargo, el exceso de moléculas de oxígeno no se acumulara en el organismo mientras que las moléculas de nitrógeno si lo hace, ocasionando que se acumulen en los tejidos y en la sangre. Ocasionando que surja la enfermedad.
Es importante que los buzos tomen sus precauciones antes de sumergirse al agua, por ejemplo debe reducir un poco el tiempo que dura en las profundidades, después de varios días de inmersiones lo más adecuado es que la persona tenga un periodo entre 12 o 24 horas en la superficie, antes de subir a un avión o desplazarse a territorios de mayor altitud.
Si por casualidad la persona ha presentado episodios de descompresión, deben tratar de no volver a bucear, sin antes haber acudido al médico para que lo evalúe minuciosamente a fin de descartar cualquier factor de riesgo, como por ejemplo una afección cardiaca.