El desgaste es propiciado en varias etapas o fases, tales como: etapa primaria (temprana), la velocidad de interacción entre ambos cuerpos o estructuras es alta o sufre cambios importantes, etapa secundaria (mediana) la velocidad de desgaste o de acción mecánica entre dos sistemas es totalmente constante, es decir, no está sujeta a cambios y su disposición es permanente, por último se encuentra la etapa terciaria (avanzado), donde el ejercicio de interacción entre ambos elementos posee un tiempo prolongado en uso, la velocidad es constante y llega a un punto donde el fallo o la ruptura de la relación se ejecuta de forma brusca.
A nivel de salud también puede hablarse de desgaste, y esto va más direccionado a la interacción o ejercicio mecánico constante suscitado en las articulaciones móviles (sitios de unión entre hueso y hueso por medio de ligamentos); un ejemplo de esto sería el desgaste de rodilla, en donde existe un desgaste progresivo entre las uniones del fémur con la tibia y el peroné, la persona presenta síntomas como: dolor al estar en constante movimiento o de pie, dificultad para ejecutar la marcha en superficies de diferentes niveles, dolor al levantarse de una silla o de la cama, sonidos crepitantes en las rodillas al ejercer un movimiento, etc.