Una persona también es desleal cuando no es agradecida y deja en un segundo plano a un buen amigo solo porque ha conocido a nuevas amistades. Una persona es desleal cuando actúa en contra de sentimientos tan puros y nobles como la amistad y el amor que están basados en el respeto, el reconocimiento a la dignidad ajena y la aceptación incondicional. La deslealtad muestra una acción contraria a la ética personal de aquel que persigue la práctica del bien en cualquier ámbito de su vida.
La idea de competencia desleal, por otro lado, alude a prácticas que se desarrollan en un entorno comercial o empresarial y que son contrarias a la honestidad. Estas son acciones que un vendedor o fabricante desarrolla para dañar a los competidores y ganar participación en el mercado. La competencia desleal puede consistir en engañar a los consumidores, ofrecer un producto a un precio inferior a su costo o difundir información falsa sobre las ofertas de la competencia, por nombrar algunas posibilidades.
Cuando una persona es víctima de un comportamiento desleal por parte de una amigo o familiar, se siente herido y humillado. Sin embargo, se debe señalar que este hecho no debe significar el final de la relación como causa y efecto, ya que hay personas que tienen la capacidad de realmente hacerse cargo de cuáles son sus errores. De la misma manera, también hay personas que cuando se sienten heridos saben cómo perdonar y pedir una segunda oportunidad.