No es un secreto para nadie el hecho de que la industria textil sea uno de los sectores de la economía más importantes a nivel mundial, y no únicamente porque todo lo que ella produce es consumido en masas por parte del público y los comerciantes, sino que sumado a ello la enorme cantidad empleo de manera directa que esta genera alrededor del mundo, y asimismo de modo indirecto en aquellas industrias que van a su par tales como son la confección, la hilandería, la tintorería, la alta costura y la tejeduría, por solo nombrar algunos casos.
El precedente de la revolución industrial fue un momento bisagra para el desarrollo de la industria textil. Entre los hechos más notables que sumaron a favor de su expansión se pueden mencionar el invento de la lanzadera volante, el cual fue creado en 1733 por parte de John Kay y cuya finalidad era facilitar el tejido de prendas de algodón en grandes cantidades y a velocidades mucho más elevadas de lo que se podía imaginar en ese momento. Para ese entonces el algodón era importado desde la India y era realmente difícil mantener la elevada demanda que había del mismo con las mencionadas importaciones que se hacían y las cuales no podían cubrir la misma. Es importante resaltar que a al mismo tiempo se empezaron a desarrollar otras áreas vecinas como la coloración, el blanqueo y el estampado.