Esta terminología no es utilizada de forma común fuera del ámbito científico, a pesar de ello, posee un papel muy importante en la dirección de los vientos, sin embargo, no influye en la velocidad de los mismos. A pesar de lo antes expuesto, a medida que aumenta la velocidad de un objeto, la fuerza de Coriolis aumenta proporcionalmente. Éste puede ser determinado por medio de la masa y la velocidad de rotación del objeto, además de ello puede afectar a cualquier objeto que se mueve libre y a gran velocidad, tal y como ocurre con los aviones y los cohetes, este incluso tiene influencia sobre las corrientes de los océanos.
El motivo principal por el cual se presenta esta fuerza es la rotación que tiene la tierra. El planeta Tierra es mucho más ancho en la zona del ecuador en comparación con los polos, como es fácil apreciar, además de ello, ésta rota sobre su mismo eje con dirección de oeste a este. Por lo tanto, mientras más lejos se encuentre un objeto del ecuador, más lento es el movimiento del mismo, ya que la Tierra gira más rápido en la línea ecuatorial, por ello la desviación incrementa en los polos terrestres y prácticamente ninguna en el ecuador.
En el año 1835, Gaspard-Gustave de Coriolis, en una de sus publicaciones, describió de forma matemática la fuerza que terminaría por llevar su nombre. En dicha publicación, la fuerza de Coriolis aparece como un elemento que complementa a la fuerza centrífuga que presenta un cuerpo en movimiento relativo a un referencial en rotación, como puede producirse, por ejemplo, con los engranajes que posee una máquina.