Este trabajador cuando cumple los esquemas dictados y entrega su cuota establecida en la jornada laboral designada está siendo eficaz, porque logró el objetivo deseado por la empresa o institución que lo contrato. En cambio cuando este trabajador supera la expectativa de su superior, jefe o supervisor, realiza el trabajo mejor de lo esperado y estos resultados benefician sustancialmente a la organización, está siendo un empleado eficiente, que busca siempre en la tarea que desarrolla sobresalir no sólo para su beneficio sino para el del trabajo que ejecuta.
La empresas en general que contratan personal masivo de administración y/u obrero deben controlar las funciones de todos a fin de optimizar el área de trabajo y cumplir con la meta base. La idea general consiste en que si todos los empleados son eficaces en la tarea que desempeñan esta se cumplirá en el tiempo y con los estándares de calidad prometidos al cliente o público. Hoy en día y en aras de consolidar un espíritu de desarrollo y motivación entre los trabajadores, se define una compleja dinámica de premios y recompensas a quien logre obtener resultados eficientes, esto con la finalidad de que el límite estándar que por definición es eficaz, rompa el paradigma de lo habitual y la compañía o empresa crezca desde su capacidad laboral, claro está que esto también se logra con el mejoramiento de la maquinaria y herramientas empleadas, pero está demostrado que la carga de trabajadores de un sitio si son capaces por sí solos de aumentar el ritmo pueden lograr por sí solos el crecimiento.