El eje terrestre, también llamado el eje de los polos, es aquel sobre el que la Tierra gira constantemente; este determina, de igual forma, la posición de los polos, siendo este el norte (al extremo superior) y el polo sur (al extremo inferior), zonas o superficies que coinciden a la perfección con el eje central del planeta. Los ejes de rotación, por su parte, son aquellas líneas imaginarias a partir de las cuales se puede denotar un movimiento giratorio, cuya principal característica es la de mantenerse fija; el eje de rotación más conocido es el de la tierra.
Dentro de los estudios anatómicos, se llama “eje” o “axis” (palabra latina para eje), a la segunda vértebra cervical, también conocida como C2; este hueso se puede hallar sobre la C3 y bajo el atlas, aquél que se articula con el hueso occipital. En mecánica, los ejes son pequeñas piezas que se incluyen junto en el centro de cuerpos giratorios, fungiendo como un centro para que su movimiento pueda concretarse.