Para comprender mejor el concepto, dentro de la pragmática, sobre el enunciado, es necesario, en primera instancia, saber sobre esta. Este campo de la lingüística, que es, a su vez, estudiada por la filosofía del lenguaje, responde a la necesidad de los estudiosos del habla de saber cómo el contexto puede ser un factor decisivo para la final interpretación que le puede dar el receptor al mensaje; en otras palabras, esta estudia el significado detrás de cada oración, asignándole un sentido pragmático. Esto está relacionado con el anterior uso antes planteado, en donde se toman a oración y enunciado como sinónimos. Un ejemplo sería: «Quiero que compres uvas», «¿puedes comprar uvas?», «compra uvas, por favor», «¿quieres comprar uvas?», aquí, las oraciones son distintas, pero el enunciado pragmático sigue siendo el mismo.
Algunas reglas, sobre la conformación de los enunciados, han sido emitidas, y cubren desde la reformulación y divagaciones, hasta la elección del léxico que corresponde a la ocasión. La estructura, por ejemplo, se encarga de regular que existan vacilaciones, interrupciones, entre otras dificultades. El léxico, por su parte, trata de adecuada las palabras elegidas de acuerdo al tema tratado y el ambiente. La forma, además, es muy cuidada, puesto que puede conllevar a vulgaridades o desorganización.