En la Grecia antigua era posible encontrar epigramas en las puertas de los edificios, en los dinteles de los mausoleos o al pie de las estatuas y tenían el propósito de conmemorar un evento o la vida de una persona que había cambiado la historia de alguna manera. para que no olvide su paso en la Tierra, para que se vuelva eterno. Estos epigramas, escritos en honor de individuos o hechos de gran importancia, generalmente se construían en dísticos (estrofas compuestas por dos versos).
La forma más visual de entender qué es un epigrama es a través de un ejemplo concreto. A continuación, compartimos este epigrama de Álvaro Cubillo de Aragón que data del siglo XVII.
El nombre del género está vinculado a la primera definición de epigrama (inscripción en un objeto). Los epigramas se realizan en ofrendas votivas (ofrendas en lugares de culto), estatuas o lápidas. Con el tiempo, los epigramas en las lápidas comenzaron a ser conocidos como epitafios.
Se ha señalado que una característica esencial del Epigrama sería su breve estructura. La gran mayoría de los epigramas son breves, pero hay algunos que se extienden. Lo más característico del Epigrama es su tono satírico, irónico e incluso sarcástico. Es un género que se utiliza para criticar un vicio o defecto de una persona y una institución. Los epigramas cuyo tema es el amor tienen la mayor parte del tiempo un tono de humor negro.
Podríamos señalar algunas características que son típicas del Epigrama:
a) Tema preciso.
b) actitud generalmente apostrófica; el hablante habla directamente a un «usted».
c) Juegos de palabras en los que la anáfora, el paralelismo y la aliteración ocurren con frecuencia.
d) Presencia de la paradoja, es decir, de una aparente contradicción.