El estreñimiento es muy fácil de identificar y esto ha sido gracias a la adopción de la definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece que se está en presencia de estreñimiento cuando una persona produce menos de tres deposiciones a la semana, caso contrario a la diarrea, que se considera así cuando la persona produce más de tres deposiciones al día o más de veintiuna en una semana.
Para evitar este síntoma es necesario contar que una alimentación adecuada, con muy buena ingesta de fibra, siendo así los mejores aliados para no tener estreñimiento las frutas frescas y desecadas, hortalizas y legumbres, cereales integrales y productos que derivan de éstos, como el pan y la pasta integral. Caso contrario, están la leche, la carne y el pescado.
También ayudan a evitar el estreñimiento un consumo suficiente de agua, para que el cuerpo esté bien hidratado y la educación del intestino grueso, es decir, crear una costumbre de evacuación (a la misma hora cada día por ejemplo), realizar ejercicio físico y no desatender las llamadas fisiológicas de la defecación.
No cumplir estas actividades responden a las causas de este síntoma, también el estrés y realizar viajes constantemente, el cáncer de colon, la diabetes, el síndrome de intestino irritable, trastorno en el sistema nervioso, trastornos mentales, el hipotiroidismo y el embarazo y enfermedades del tiroides.
Son causas fisiológicas del estreñimiento: la hipermotilidad e hipomotilidad del intestino, problemas rectales, obstrucción mecánica del recto o colon y debilidad de la pared abdominal.
El estreñimiento desfavorece la calidad de vida de las personas y corresponde a la raíz de muchos padecimientos, como la apendicitis, olor corporal, mal aliento, depresión, lengua sucia o saburral, diverticulitis, gases, fatiga, dolores de cabeza, hemorroides, hernias, insomnio, indigestión, obesidad, síndrome de malabsorción y varices. Incluso, puede contribuir al desarrollo de enfermedades graves como cáncer intestinal.