El término ferrocarril proviene del latín «ferrum«, que quiere decir hierro, y carril o transporte ferroviario, este es un método de transporte de personas y también para movilizar productos regido sobre una vía férrea.
Sin embargo normalmente se piensa que los carriles o rieles que forman el camino o vía férrea sobre la cual circulan los trenes son de hierro o acero, sin embargo dentro de esta clasificación se incluyen medios de transporte que emplean otros tipos de guiado, tales como los trenes de levitación magnética.
Las vías fueron creadas iniciando con dos carriles colocados de forma paralela que admiten el rodaje de un tren recibiendo el nombre de ferrocarril. El material que se implementó para la fabricación de estos carriles comúnmente es el hierro de allí surge el nombre de ferrocarril.
El ferrocarril se desarrolló en un principio como un medio de transporte para llevar cargamento, esto se refiere a que funcionaba para trasladar de un zona a otra grandes sumas de materia prima o cualquier otro material que de una forma o modo, por su gran volumen y peso, no era posible que fueran trasladados con facilidad . El ferrocarril logró que se cumpliera con el objetivo que era el incrementar la producción y se pudo simplificar la distribución y traslado de material de distinto tipo. Consecutivamente, cuando este medio de transporte se fue difundiendo, se transformó además en una solución para transportar también las personas.
A través del paso del tiempo el ferrocarril perdió mucha jerarquía frente a otras iniciativas de transporte como la aparición de medio aéreo. Esto se debe a que este último puede cubrir largas distancias mucho más extensas en pequeño tiempo, inclusive atravesar los océanos, cosa que los ferrocarriles no logran hacer ya que son solamente de medio terrestre.