El feto presenta un sistema circulatorio muy diferente al de los humanos que ya han nacido, especialmente porque sus pulmones aún no funcionan; esto quiere decir que el oxígeno que recibe el feto proviene de la madre a través del cordón umbilical y la placenta.
Por otro lado, en los animales como el caso de los perros por ejemplo, el embrión se convierte en feto a los 30 días de gestación, en esta etapa los órganos del animal ya están formados.
Retornando nuevamente al caso de los seres humanos, hay que destacar también la importancia que tiene el cuidar la alimentación y también el consumo de vitaminas como el ácido fólico y el hierro, para que el feto pueda comenzar a desarrollarse perfectamente. La carencia de ellos, conlleva al surgimiento de anomalías o malformaciones congénitas que terminarían por provocarle al feto algún tipo de discapacidad permanente al nacer. De allí también surge la importancia de los chequeos prenatales, ya que por medio de ellos se podrán prevenir todas estas cosas, además de aplicar los correctivos necesarios en caso de que se presente alguna anormalidad.
En la actualidad, existen equipos como el ultrasonido, que permiten la realización de un seguimiento a la evolución del feto, así como también poder determinar cuál es el tiempo preciso del embarazo. A través del ultrasonido, el médico podrá saber cuál es la longitud del fémur, la circunferencia del cráneo, el peso fetal y la longitud de la cabeza al coxis.