La magnitud en cuanto a dimensiones del foco de infección puede ser variable en gran medida, ya que el mismo se encuentra estrechamente relacionado a una serie de elementos, como por ejemplo el origen de la infección, las probabilidades de que la misma se disperse y los progresos que se alcancen con respecto a la investigación de la misma.
Un foco de infección puede ser tanto de grandes como pequeñas dimensiones, ya que por un lado se puede decir que un foco de infección podría ser una comunidad entera o en su defecto podría serlo un solo individuo, el cual es el portador de alguna patología de tipo infecciosa y con respecto a la cual es necesario que se tomen medias sanitarias, ya que de no ser así dicha enfermedad podría ser propagada a grandes masas, llegando a convertirse en una epidemia, por tal razón las medidas preventivas pueden incluir el aislamiento de todo contacto humano de dicha persona o del grupo de personas que portan dicha infección, todo ello con el fin de que el daño sea el menor.
De igual forma puede ocurrir con algún sitio en específico, es decir que en un lugar en concreto se encuentra algún tipo de virus, el cual puede ser adquirido por cualquier individuo que se encuentre en ese lugar y por tanto dicha infección se puede propagar muy rápidamente si no se detecta a tiempo.
El poder tener conocimiento con respecto al origen de una enfermedad tiene gran importancia, ya que gracias al conocimiento de ello es posible apreciar el pronóstico de dicha infección, así como también se pueden llegar a deducir los agentes infecciosos que la causa, lo que es muy importante ya que con ello se pueden elaborar antimicrobianos, de igual forma también se pueden crear medida que se enfoquen en controlar directamente al foco y no a la transmisión de la enfermedad.