Las partículas de un gas son totalmente libres, por lo que pueden propagarse por todo el espacio en donde están encerrados. También pueden ocupar todo el espacio del recipiente que lo contiene, no tienen determinada forma y pueden comprimirse sin esfuerzo.
El creador de este término fue el químico Jan Baptist van Helmont, considerado el padre de la química neumática, él fue el primero en emplear la palabra gas para determinar las propiedades del anhídrido carbónico, mucho después este concepto se le adjudicó a todos los cuerpos gaseosos, igualmente se emplea para nombrar a un estado de la materia. El origen de la naturaleza del gas se localiza en sus partículas, autónomas unas de otras y girando aleatoriamente entre sí. Por otro lado, si el gas se encuentra sometido a temperaturas muy bajas puede convertirse en líquido, a este procedimiento se le llama condensación.
Existe un tipo de gas que es muy nombrado y utilizado por los seres humanos y es el gas natural, esta clase de gas es resultado de la combinación de vapores que se encuentran normalmente en los yacimientos fósiles, se encuentra integrado por metano en una proporción que no pasa de 90 o 95%, el resto es la suma de otros gases como el butano, nitrógeno, entre otros.
El gas natural es utilizado por muchas familias como mecanismo de calefacción y también para cocinar los alimentos. Es considerado menos dañino para el ambiente en comparación con el petróleo y el carbón, ya que no produce gran cantidad de dióxido de carbono. El gas es mucho más económico que el petróleo, por lo que su consumo puede ser además de industrial, doméstico.