La infraestructura antes mencionada, sirvió de antecedente a los oleoductos y los gasoductos, una serie de tubos por los que circulan determinadas sustancias. En el caso del gasoducto, su principal material de transporte son los combustibles; esto se hace a gran escala y con una presión muy alta. Este sistema de tuberías está compuesto, esencialmente, de acero; se pueden encontrar enterradas en zanjas, a una distancia de entre 1 y 2 metros, en dependencia de la seguridad que el terreno proporcione. El gas natural, se estima, es el material más transportado.
Cada país tiene normas distintas en cuanto a las zonas que poseen gasoductos. Sin embargo, es común encontrar ciertas exigencias, como la presencia de válvulas en las tuberías, franjas de protección situadas, al menos, a 10 metros de los gasoductos, además de diversos avisos, que alerten a los transeúntes y conductores sobre la presencia de gasoductos en los alrededores. También las autoridades se encargan de evaluar el impacto ambiental que estos puedan tener; si el resultado es negativo, la compañía debería retirar sus gaseoductos o regular las normas con las que trabajan.