De acuerdo a esto la gratitud se ha encontrado para ser una de las más fuertes emociones positivas y muy a menudo está vinculada a la felicidad, el último estado de bienestar que todo ser humano se esfuerza por seguir. La gratitud es una actitud donde el individuo se muestra estar agradecido, incluso cuando no ven lo que tiene; este es un aspecto de la adoración, expresando a Dios y a los demás cómo se han beneficiado de nuestras vidas, mostrándoles apoyo, aprecio y benevolencia “Debido a que su sangre nos ha redimido, estamos agradecidos”. Cualquiera que desee definir que la felicidad casi siempre termina con una sola descripción muy común: se trata de algo que todos quieren alcanzar, como se suele decir “el propósito de la vida es ser feliz”.
De esta forma la gratitud juega un papel muy importante desde el punto de vista de la fe, la cual se convierte en una cualidad importante para todas las religiones existentes bien sea judaísmo, cristianismo e islamismo. En esta última religión la gratitud es totalmente fundamental y el ser que no sea agradecido no merece la gracia de Dios, donde el estudio del Corán perpetua esa idea dentro de sus seguidores ya que la ley musulmana establece que antes de agradecer a cualquiera se debe agradecer a Dios, debido a que esta es la única forma en la cual se logrará que el omnipotente compense todos aquellos placeres que se solicitan a él. Dentro de las diferentes muestras de gratitud en la ley islámica se encuentra: rezar todos los días cinco oraciones para agradecer la bondad que posee para con sus hijos y la práctica de ayuno durante el periodo del mes del Ramadán, tratando de simbolizar su respeto hacia Dios.